Por Ma. Eugenia Méndez-Marconi Museóloga. Docente, Ayudante del Instituto Escuela Nacional de Bellas Artes – Universidad de la República, Uruguay. Exposiciones e investigación, Fundación José Gurvich. eugmend@gmail.com
El pasado 12 de marzo de 2019, en el marco del mes de la mujer, se inauguró la exposición Tres Pintoras en el Museo Gurvich de Montevideo.
Linda Kohen y Angelina de la Quintana homenajean a su amiga y compañera Eva Olivetti, bajo la curaduría de Sarah Guerra.
Las tres pintoras recibieron formación artística de José Gurvich en la década de los años 50 en el Ateneo de Montevideo; en la segunda etapa del Taller Torres-García (TTG).
José Gurvich había recibido formación directa del maestro Joaquín Torres-García, y tras el fallecimiento de él pasa a ser uno de los docentes del mencionado taller en 1951.
La enseñanza de José Gurvich, que si bien seguía lineamientos generales impartidos por Torres-García, se caracterizó por no vetar la creatividad innata de sus discípulos; haciéndolo muy empático en la tarea docente. En este camino cimentado por las bases formativas que recibió, promovió el trabajar desde los elementos plásticos absolutos contemplando la unidad pictórica y el ser del artista en este hecho.
En relación a esto la curadora menciona el catálogo de la muestra:
<< “Gurvich transmite con apasionado humanismo la necesidad del artista de indagar en busca de la propia voz empleando los valores plásticos, generando así, una unidad capaz de develar la realidad contemporánea con sentido espiritual. “lo [sic] que es verdaderamente plástico es la verdad espiritual, y la naturaleza en si [sic] es algo más…” escribía el maestro.
[…] Acerca de la personalidad de José Gurvich, Eva [Olivetti] relata: “Un día yo no tenía ganas de pintar, él me hizo un cuadro, me escribió arriba: Un cuadro se pelea. Y me dijo” [sic]: “te lo firmo, por si algún día vale algo. [sic] Estar con él era un placer, no solo era un gran pintor, era una persona maravillosa de una bondad, y de una intelectualidad… se interesaba por todo y era chistoso.”>> (Sara Guerra, 2019, pp.7 y 8)
Linda Kohen, nacida en Milán en 1924, emigra a Sudamérica junto a su familia en plena adolescencia. A partir de entonces, comienza su formación artística con varios pintores como Pierre Fossay, Eduardo Vernazza y Horacio Butler; y del TTG Augusto Torres, Julio Alpuy y José Gurvich. Actualmente continúa pintando activamente en el taller en su casa.
A fines de los años 40, el hermano de Linda, Mario Olivetti contrae matrimonio con Eva Brager; quien adopta su apellido.
Eva Olivetti nacida en Berlín en 1924, fue emigrante junto a su familia, forzados por el nazismo. Tras formarse en la Licenciatura en Letras de la Facultad de Humanidades y Ciencias (Universidad de la República), y por la estrecha amistad que la unió a su cuñada, ingresó al TTG en 1956; estudiando cerámica con Josep Collell hasta 1959 y seguidamente pintura con José Gurvich (primero en el propio TTG y luego en su taller particular en el Cerro).
Angelina de la Quintana, uruguaya nacida en 1935, se forma en pintura primeramente con Dumas Oroño, y en 1951 ingresó al TTG en el cual recibió orientaciones de Augusto y Horacio Torres, Julio Alpuy, José Gurvich y Josep Collell. Además, estudió Arquitectura en la Universidad de Montevideo. Desde 1973 reside en Europa, y además de continuar su producción como artista, dicta clases de dibujo y pintura en Viena, donde reside actualmente.
En palabras de Linda Kohen citadas en el catálogo de la muestra, se exponen varios recuerdos que remiten a aquellas tardes en las cuales ella asistía al subsuelo del Ateneo de Montevideo para sus clases en el TTG:
“Éramos jóvenes, muy jóvenes […]. Éramos muchos los discípulos y entre ellos, muchas mujeres: María Cantú, Olga Piria, Norma Clavete, Marta Morandi, Celeste Núñez, Berta Luisi, Leticia Barrán, Angelina de la Quintana y otras más.
En las reuniones del Taller, cuando se mostraban los trabajos, se juntaban todos los discípulos: Gonzalo Fonseca, los hijos de Don Joaquín [Torres-García], Augusto y su mujer Elsa Andrada, Horacio y su novia Cecilia Buzio, Francisco Matto, los [hermanos Alceu y Edgardo] Ribeiro, Antonio Pezzino, los [hermanos Jorge y Rodolfo] Visca, el Yuyo Coitiño [sic, Héctor “Yuyo” Goitiño], Jonio Montiel, y otros más, excelentes artistas, varios de los cuales adquirieron fama internacional empezando por nuestros dos maestros [Julio] Alpuy y [José] Gurvich.
Eva Olivetti, que hacía cerámica con Josep Collell, se incorporó más tarde al grupo. Cuando Eva entró al TTG para su primera clase, empezó a pintar y más tarde Gurvich se sentó junto a ella a ver qué había hecho. Después de mirar su trabajo le dijo: Eva, no te voy a poder enseñar nada. Es evidente que ya lo sabes todo.
Entre algunos surgieron amistades que perduraron por años. Entre Angelina y yo, van sesenta años de amistad. Las dos hemos pasado parte de la vida en el extranjero. Angelina aún hoy pasa la mitad del año en Viena donde ha criado a sus hijos, […] pero a pesar de todo nos hemos seguido viendo, […]. Encuentros importantes, recordando mágicos tiempos del Taller.
[…] Y ahora, 2019, aquí en el Museo Gurvich con Eva Olivetti y Angelina de la Quintana se produce para mí otro de los mágicos encuentros en la pintura.
Nos gustan estos encuentros en el arte.” (Ibídem, p. 11)
Las obras de estas pintoras evidencian el estilo particular de cada una, que lejanas ya de la estética constructivista torresgarciana ortodoxa, muestran la solides de su formación y ciertas reminiscencias que las unen a esta escuela.
Linda Kohen por su parte, manifiesta en sus obras los trazos del dibujo y del color con gran sutileza. Siendo las líneas a lápiz y la pintura indivisibles en su representación, evocando miradas silenciosas a la sociedad, a las relaciones inter e intrapersonales, desde la contemplación de multitudes hasta la soledad en sí misma en la cual el hombre intenta encontrarse.
Eva Olivetti, en sus paisajes de ciudades compone desde la ejecución de líneas y manchas en lo puramente abstracto, casi sin figuración aparente; configurando grafismos que remiten a lo primitivo, a lo esencial; asimismo en los tonos en general, con una paleta de color austera donde predominan los colores tierras.
Angelina de la Quintana, presenta obras con formas figurativas y otras con grandes planos de colores oscuros. Paisajes que parecen evocar la migración, la contemplación, insinuando en ocasiones tranquilidad y en otras, desasosiego; manifestaciones reflexivas –quizás- desde el lenguaje pictórico.
Son tres miradas, tres expresiones artísticas distintas con puntos en común; cruzadas por el compañerismo, la amistad y la pasión por el arte.
La exposición permanecerá hasta mediados de mayo en el 4º y 5º piso del Museo Gurvich.
En relación a la misma recomendamos el audiovisual documental “TRES PINTORAS Angelina de la Quintana y Linda Kohen en homenaje a Eva Olivetti en el Museo Gurvich”, realizado por Julieta Rudich (2019); en el cual la Profesora Sonia Bandrymer entrevista a las artistas Linda Kohen y Angelina de la Quintana, y a Andrés Olivetti (hijo de Eva Olivetti).
El mismo se encuentra disponible mediante el siguiente enlace: https://www.youtube.com/watch?v=J1PcUghnpTM
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Referencias bibliográficas:
Guerra, S. (2019). Tres Pintoras. Angelina de la Quintana y Linda Kohen en un homenaje a Eva Olivetti. Montevideo: Museo Gurvich
Imágenes:
Tapa del catálogo de la muestra Tres Pintoras. Angelina de la Quintana y Linda Kohen en un homenaje a Eva Olivetti, 2019.
Captura de imagen digital del audiovisual TRES PINTORAS Angelina de la Quintana y Linda Kohen en homenaje a Eva Olivetti en el Museo Gurvich. Recuperado de: https://www.youtube.com/watch?v=J1PcUghnpTM