Victoria Hidalgo MZ EMMIEL – Coach Holística y Conductora del CHIEC-ECO Mujer Integral 📍 www.chiec.org/mujerintegral | 📱 WhatsApp: +1 954 512 4985
La figura paterna representa mucho más que un proveedor o autoridad. El padre es energía creadora y protectora, fuente de equilibrio dentro del núcleo familiar. Su presencia —tanto física como emocional— impacta profundamente el desarrollo interior de los hijos y el bienestar integral del hogar.
La energía paterna es una energía yang de acción, dirección, presencia firme, que brinda seguridad y confianza para avanzar en la vida. Es esa fuerza que impulsa a los hijos a atreverse, a salir al mundo con seguridad, sabiendo que tienen una raíz sólida que los sostiene. Mientras la madre ofrece el abrazo que nutre, el padre entrega el empuje que impulsa a volar.
El padre no solo representa protección, sino también dirección. Su energía enseña con el ejemplo cómo actuar con integridad, cómo sostener la palabra, cómo levantarse tras cada caída.
En su presencia, los hijos aprenden a construir límites sanos, a cultivar la autodisciplina y a conectar con el valor de la responsabilidad.
Ser padre es una misión sagrada. No se trata únicamente de engendrar, sino de acompañar. El padre consciente guía con amor, corrige con respeto y enseña desde el hacer. Su principal tarea es despertar en sus hijos la confianza en sí mismos, ayudándoles a descubrir su camino único en la vida.
Un padre presente inspira. A través de su manera de amar, de trabajar, de relacionarse con el mundo, modela valores profundos: la perseverancia, el respeto, la honestidad y la fe. Él es muchas veces el primer espejo del mundo exterior para sus hijos varones y el primer modelo de relación masculina para sus hijas.
En estos tiempos de despertar espiritual y cambio de paradigmas, muchos hombres están recordando la importancia de sanar sus propias heridas y reconectar con su masculinidad sanar las generaciones anteriores, romper cadenas de abandono o rigidez, y abrir el corazón.
El padre de la nueva era no teme mostrarse vulnerable, habla desde el alma, abraza sin reservas. Su fuerza no está en la dureza, sino en su coherencia interior. Es firme, pero también flexible.
El padre es puente entre el mundo interno del niño y el universo exterior. Es motivación y presencia. Cuando un padre honra su misión, siembra en sus hijos alas fuertes y raíces profundas.
Actualmente requerimos hombres que comprendan el poder de su energía en el hogar, que estén dispuestos a caminar al lado de sus hijos, dejando un legado de amor consciente que perdure a través de las generaciones. Y que comprendan que, ser papá es estar, sentir y crecer junto a quienes más ama sus hijos.