Por Margarita Pécora
Fue un domingo de gloria y de victoria para Argentina. Se hizo realidad el lanzamiento y la puesta en órbita del satélite argentino SAOCOM 1B desde el Centro Espacial Kennedy de Cabo Cañaveral, en el Estado de Florida. El éxito de la compleja operación que había sido reprogramada por las autoridades de la empresa estadounidense SpaceX por motivo de la pandemia, fue celebrado por el presidente Alberto Fernández.
Desde la residencia de Olivos, donde siguió el despegue junto al jefe de Gabinete, Santiago Cafiero, el mandatario confesó sentir orgullo y dijo: “Estoy impactado, Argentina es uno de los diez países que puede poner en órbita satélites como este”, pero no es un satélite más, -resaltó-, nos permite conocer nuestro suelo y prever lo que tenemos que hacer para optimizar nuestros esfuerzos”
“Nos permite conocer la salinidad de la tierra, los movimientos terrestres, también de los glaciares, del agua, de los ríos. Todas cosas centrales para aquellos que se dedican a la producción agropecuaria”,
Fernández evocó a Néstor Kirchner y señaló que el proyecto comenzó en 2007, cuando Néstor era presidente: “Pero por encima de esta alegría, lo que me enorgullece es que lo hacen científicos argentinos, esta es la ciencia argentina, es nuestra capacidad”, subrayó.
Y en efecto, la Misión SAOCOM colocó en el espacio una compleja tecnología de observación de la Tierra, que representa una importante mejora en las capacidades de observación respecto de los sensores ópticos usuales. Se trata de un instrumento activo que consiste en un Radar de Apertura Sintética (SAR, por sus siglas en inglés de Synthetic Aperture Radar), que trabaja en la porción de las microondas en banda L del espectro electromagnético.
Los satélites SAOCOM fueron especialmente diseñados para detectar la humedad del suelo y dejar ver claramente zonas inundadas; y obtener información de la superficie terrestre en cualquier condición meteorológica u hora del día. Esto es posible porque las microondas del radar son capaces de atravesar las nubes y “ver” aunque esté nublado, tanto de día como de noche-resaltaron los expertos-.
Los ingenieros argentinos habían retomado los trabajos de alistamiento, no sin antes haber cumplido un estricto protocolo de cuarentena preventiva en todo el personal científico que viajó a EE.UU. con seguro médico, equipo de protección personal (EPP) COVID-19 y un protocolo de medidas preventivas.
Y por fin los profesionales de la CONAE y el INVAP pudieron sentir la adrenalina y emoción del lanzamiento, en lo que califica como la misión espacial más importante de la Argentina. Los SAOCOM son especialmente útiles para prevenir, monitorear, mitigar y evaluar catástrofes naturales o antrópicas- precisa la fuente del Ministerio argentino de Ciencia, Tecnología e Innovación.
Añaden que “mediante un convenio de colaboración entre el INTA y la CONAE, la información brindada por la Misión SAOCOM sobre humedad de suelo ayudará a que los productores sepan cuál es el mejor momento para la siembra, fertilización y riego, en cultivos como soja, maíz, trigo y girasol. Asimismo, brindará soporte en relación al uso de productos químicos para el control de enfermedades en cultivos, en particular para la fusariosis en el trigo. Un aporte no menor para el sector agropecuario lo constituye el pronóstico de inundaciones, actividad a la que también contribuye la misión SAOCOM desarrollada en el marco de la cooperación entre el Instituto Nacional del Agua (INA) y la CONAE”