Luis J. Piriz
La selección uruguaya de futbol juvenil sub-20, se consagró campeona de la categoría por primera vez en su historia, siendo este logro muy valorado por todo un país. Pero también la prensa internacional destacó la conquista celeste, llegando, incluso, a recordar gestas heroicas de hace décadas atrás, ligando, acaso, esa antigua modalidad de juego, con la actual, ya que a medida que Uruguay iba sorteando rivales, cada partido que jugaba, lo hacía con un esquema de juego, basado en la contención del rival, marca personal sobre rivales que generaban juego y no dar ningún balón por perdido, incluso, cuando los delanteros bajaban a relevar a un defensa que se sumaba al ataque.
Pero lo cierto es que, si bien en cada partido hubo figuras que se destacaron, sería injusto señalar a un jugador como el gestor de la obtención del torneo, cuando, en realidad, desde el golero Randall Rodriguez hasta Anderson Duarte, el equipo fue compacto, unido, humilde para reconocer errores y, además, teniendo un plus como el querido “ruso” Pérez, mundialista uruguayo de aquella selección del mundial de mayores de Sudáfrica 2010, bajo el mando del maestro Oscar W. Tabárez.
Randall Rodríguez, Facundo Machado, José Arbio, Sebastián Boselli, Mateo Antoni, Mateo Ponte, Mathías De Ritis, Álan Matturro, Facundo González, Fabricio Díaz, Anderson Duarte, Rodrigo Chagas, Franco González, Damián García, Ignacio Sosa, Matías Abaldo, Santiago Homenchenko, Nicolás Siri, Luciano Rodríguez, Juan De los Santos y Andrés Ferrari, fueron todos, absolutamente todos, los gestores de este logro mundialista uruguayo.
Pero el mayor acierto, en mi concepto, fue la nominación de Marcelo Broli como director técnico, debido a sus antecedentes: técnico campeón sub 20 de la Copa Libertadores de América juvenil con Peñarol, cuya nominación fue clave debido a ese roce internacional previo, y que obtuvo grandes resultados: en el sudamericano Sub 20 de Colombia, salió segundo, clasificando al mundial que acaba de ganar y, además, obtuvo su clasificación a los juegos panamericanos, lo que no es poca cosa, ya que teniendo torneos por el camino, estos jugadores serán un buen recurso para el seleccionador de la selección mayor, Marcelo Bielsa, quien ya ha citado 7 de estos jugadores.
Hay otras cosas que vamos a manejar sobre este torneo que acaba de obtener Uruguay, que radicó en Argentina, debido a que Indonesia no quiso recibir a Israel por razones políticas, y también, por razones políticas, la FIFA decidió darle la organización al país hermano, dándose una curiosa situación: Argentina quedó eliminada del sudamericano de Colombia, pero al convertirse en país anfitrión, automáticamente clasificó, siendo entonces, 5 países de la Conmebol: Argentina, Brasil, Colombia, Ecuador y Uruguay, que fueron quedando por el camino en distintas fases.
En suma: la obtención de este título mundialista no será simplemente el mostrar en las vitrinas de la AUF el trofeo logrado, sino que genera un futuro promisorio para la selección uruguaya que contará, sin duda alguna, con jugadores que han sabido disputar finales y con un técnico como Broli y un ayudante como el “ruso” Pérez, seguramente el técnico de la mayor, Marcelo Bielsa, se verá favorecido con una ayuda extraordinaria a la hora de elegir jugadores, tarea harto difícil, ya que todos son muy buenos.
Así que, el haber derrotado por 1 x 0 (resultado mezquino) a una Italia que venía agrandada y que jamás pateó al arco, que se dedicó a pegar y muy feo, incluso con el beneplácito del árbitro sueco y el propio VAR, que estaba bajo el control de un juez chileno, jamás le expulsaron a un jugador, con jugadas polémicas que merecían tarjeta roja, pero, “Poncio Pilatos” hizo muy bien el mandado; sin embargo, no pudo con Uruguay.
Por tanto, bien ganado y muy merecido trofeo mundial por Uruguay. Su pueblo, a su llegada, los recibió como lo merecían, y el mundo deportivo, se rindió ante su coraje, a pesar de las adversidades sufridas, de las cuales hablaremos en la siguiente columna.