Cristian Farinola
Aquella mañana de abril de 1975 fue todo un acontecimiento para la Ciudad de Buenos Aires. Quedaba inaugurada la primera edición de la Feria del Libro, lugar de encuentro entre el lector y el autor, pilar cultural de Buenos Aires y usina generadora de creatividad que no descansa y siempre se renueva, como las estaciones del año. El Centro de Exposiciones, que fue su sede por dos décadas antes de mudarse al Predio de La Rural de Palermo, fue testigo de aquel nacimiento histórico que, edición tras edición, se fue consolidando para convertirse en uno de los puntos de referencias del universo editorial, no solo de la Argentina sino de Latinoamérica y el mundo.
Por entonces, yo, con apenas 9 años, recuerdo caminar con asombro por aquel mundo desconocido, fascinado primero con el olor a libros nuevos, perfume que parecía transmitir promesas de descubrimientos, aventuras y escenarios únicos. Y aunque por aquellos lejanos años los libros parecían ser un tesoro reservado mayormente para los adultos, los niños teníamos algunos títulos que comenzaban a alimentar nuestras primeras aventuras literarias. Sin duda, los tiempos han cambiado y hoy la oferta editorial infantil es mucho más numerosa, diversa y hasta exploran temas como ciencia y tecnología. Sin embargo, los clásicos permanecen intactos y continúan deslumbrando a las nuevas generaciones. Descubrir cada página de obras cumbres como: “La Vuelta al Mundo en 80 días”, de Julio Verne, “El Principito” de Antoine de Saint-Exupéry o “Las Aventuras de Tom Sawyer” de Mark Twain, son joyas eternas de la literatura universal que siguen enriqueciendo con sus relatos a las nuevas generaciones.
Esta nueva edición de la Feria del Libro seguirá manteniendo su ADN. Diálogos en vivo con los autores, debates y conferencias, pero a la vez incorpora a sus raíces espacios dedicados a las tribus modernas para investigar temas como la Inteligencia Artificial, la difusión de programas culturales por streaming y la participación de plataformas digitales como Netflix, Tik-Tok y Mubi, abriendo el juego para ponerse en sintonía con nuevos formatos narrativos.
Con los años, mi relación con los libros creció y evolucionó, al igual que la Feria misma. Lo que comenzó como una experiencia de descubrimiento se transformó en un lugar de encuentro con nuevos autores, la posibilidad de conocerlos en persona, intercambiar palabras y hasta tener la oportunidad de entrevistarlos. Esta vez, volveré a recorrer los pabellones de la Feria, esas arterias llenas de sabiduría y conexión, acompañado de la mano de mi hijo, para transmitirle el legado de la lectura, el poder de las palabras y la magia de la imaginación.
Muchos auguran un final para los libros. Nada más lejano y absurdo. Todo lo contrario. Creo que los libros salvarán al mundo del vacío espiritual e intelectual, para establecer una verdadera conexión humana. “Cada libro tiene una música diferente a los demás”, repetía con acierto el novelista americano Paul Auster. Y siempre que exista un músico para garantizar una canción también habrá un escritor para prometer una nueva aventura en palabras.
La Feria del Libro de Buenos Aires celebra su 49ª edición, llega con muchas novedades e innovaciones, promete ser diferente a todas las anteriores, sin perder el encanto de sus stands y pasillos, conferencias y debates. Un lugar para crecer, cuestionar, compartir y acceder a otros planos mentales, más elevados.
Para mí, será un recordatorio de cómo los libros no solo nos conectan con lo que somos, sino que también sirven para construir nuevos lazos y contribuir con el futuro que soñamos, para seguir creando nuevos acordes y mantener viva en nuestros corazones una melodía sin fin.
49ª Feria Internacional del Libro de Buenos Aires. Del 24 de abril al 12 de mayo, 2025, Predio Ferial La Rural, Av. Sarmiento 2704, Buenos Aires, Palermo. Más información: www.el-libro.org.ar