Luis J. Piriz
Luego de finalizado el mundial de futbol FIFA Rusia 2018, las diferentes ligas del mundo comenzaron su pretemporada, con algunos equipos importantes viajando a distintos lugares para jugar amistosos que les pueda dar ‘rodaje’ a la hora de enfrentar la doble competencia de la liga local y torneos internacionales, como en Europa la Champions League y la UEFA League, además de las fechas FIFA de selecciones.
Todos los torneos importantes están en pañales”, motivo por el cual es difícil hablar sobre candidatos al título, Maxime teniendo en cuenta de que Francia, que se consagró campeón del mundo de Rusia 2018, tiene a equipos como el París Saint Germain, que cuenta con algunas figuras “francesas” (valgan las comillas, por no decir afro-francesas) como Mbappe, que luego de haber visto su primer encuentro por la UEFA Champions ante el Liverpool, dio verdadera lástima: una pobreza total, absoluta de juego colectivo, donde también figuras no francesas como Neymar, Di María y Cavani, no brillaron; pero lo que alarma es ver a aquellos que salieron campeones del mundo unos días atrás y hoy ya no demuestran lo que hicieron durante el mundial, o acaso, (y soy un ferviente creyente de este punto) la “vitrina” del mundial para los franceses fue un espejismo, ya que para resultar campeones, tuvieron dos ventajas extradeportivas: 1) que Croacia para llegar a la final ante Francia, jugó los 3 partidos seguidos eliminatorios con alargue incluido, lo que a la larga la fatiga siempre cobra sus haberes; 2) que esta selección “francesa”, fue formada con algunos jugadores nacidos en protectorados franceses e islas, lo que el simple hecho de estar bajo esa bandera, los hacia “franceses”, y aunque en la cancha fueron eficaces, no deja de extrañarnos la ausencia en Francia como los Platini, Rocheteau, Gengini, Vartez, el propio Deschamps y algún otro que se me escapa de la época de los ‘80 y ‘90, donde Francia cada vez que jugaba mostraba su talento individual, colectivo, técnico-táctico, y hoy nos “maravillamos” con lo demostrado por el “velocista” Mbappe, jugador de 19 (¿19?) años de edad, el cual algunos atrevidos osaron llamarlo “jugador de otro planeta”, socavando lo que fueran grandes, grandísimas figuras francesas, y humillando el intelecto de aquellos que vemos el futbol desde hace tiempo, y que creemos que nunca, pero nunca jamás, se volverán a ver estrellas como lo fueron Pelé, Platini, Maradona, Rummenigge, entre otros, ya que aquellos jamás contaron con la tecnología de hoy, para hacerlos más resistentes y más velocistas, preocupados por su aspecto físico más que el deportivo.
Para mí, este último mundial, terminó de matar las esperanzas de ver un buen futbol, de ver nacer otra figura como los nombrados más arriba, pero la triste realidad nos dice que el actual campeón mundial, Francia, nos presentó velocistas, como Mbappe, Kante, D’mbelle, Umtiti , que corrían como gacelas africanas a una velocidad que asombra, hablando a las claras, de que Francia nunca tuvo un interés real de formar un equipo técnico, sino que lo que formó, con algunos naturales franceses como Griezmann, Lloris, Pavard, Rabiot, Jallet y Giroud entre otros; pero el resto de galácticos, son velocistas, con una resistencia física impresionante, y que sabiendo esto, Francia optó por poner corredores en lugar de jugadores técnicos, porque estos últimos 5 jugadores que nombré, durante todo el campeonato, nunca corrieron a la par de los velocistas, ya que su resistencia física era mucho menor a la de aquellos, y por algo, amigo lector, la prensa “asombrada” por el juego francés, siempre tuvo como figuras clave a Mbappe, Kanté, Umtiti, Pogba, Matuidi y Dembélé, 6 corredores maratonistas, que jugaron siempre a un juego muy simple: largar el balón y correr detrás de él, más rápido que los rivales, y lo lograron, pero al futbol que conocíamos, realmente lo mataron en este mundial.
Si cree que me equivoco, solo pregúntese esto: ¿Por qué en la Liga de Francia son los extranjeros los más goleadores y no los naturales velocistas franceses? Porque Cavani es uruguayo, porque Radamel Falcao, el veteranísimo e interminable cafetero, es colombiano, y el propio Neymar es brasileño; así que, si hablamos de campeón del mundo, uno espera ver alguno natural que emule a los extranjeros, pero los mercadotécnicos atrevidos, han hallado en el “francés” Mbappe, a un jugador extraordinario y de otro planeta, cuya única virtud era alargar el balón y correr tras él durante todo Rusia 2018, pero el mejor jugador del mundial no fue un campeón… fue Luca Modric.