Fumar tabaco en narguile dificulta profundamente la capacidad de los vasos sanguíneos de funcionar correctamente, de acuerdo con una investigación preliminar que se presentará en Chicago en las sesiones científicas del 2018 de la American Heart Association, un intercambio global de primer orden de los últimos avances en ciencia cardiovascular para investigadores y médicos.
El narguile, también conocido como pipa de agua o “hookah”, consta de un cuenco, una cámara parcialmente rellena de agua, un tubo y una boquilla. Está diseñado para quemar “shisha”, un tabaco especial mezclado con melazas que suele tener sabores de frutas.
El narguile se suele promocionar como una alternativa inofensiva a los cigarrillos. Sin embargo, aunque algunos estudios han demostrado los daños que produce el tabaquismo a la función endotelial (membrana de revestimiento delgado en el interior del vaso sanguíneo), no se sabe mucho sobre cómo afecta el fumar tabaco de sabores en narguile a los vasos sanguíneos.
“El narguile es el único producto de tabaco que usa briquetas de carbón ardiendo para calentar el tabaco de sabores en la pipa de agua. Por lo tanto, además de las sustancias tóxicas del tabaco y la nicotina, fumar en narguile expone a los usuarios a los productos de la combustión del carbón, que incluye grandes cantidades de monóxido de carbono”, declaró Mary Rezk-Hanna, Ph.D., autora principal del estudio y directora adjunta de la University of California, Los Angeles, School of Nursing.
En un estudio de investigación colaborativo entre la University of California, Los Angeles, School of Nursing; la University of California, San Francisco, School of Medicine; y el Smidt Heart Institute en Cedars-Sinai Medical Center, Rezk-Hanna y sus compañeros investigaron a 30 adultos jóvenes (de un promedio de edad de 26 años) y fumadores en narguile antes y después de fumar en narguile calentado con carbón. Midieron los niveles de nicotina en la sangre, el monóxido de carbono exhalado y la dilatación de los vasos sanguíneos mediada por el flujo (una medición de la función endotelial). En 20 participantes, realizaron las mismas mediciones antes y después de calentar con electricidad el mismo producto de tabaco de sabores para narguile. También compararon los resultados con los de fumadores de cigarrillos de edades similares después de fumar un cigarrillo. Por último, realizaron las mismas mediciones antes y después de que un grupo de fumadores en narguile respiraran una mezcla de gas de monóxido de carbono para imitar el aumento de monóxido de carbono que experimentan después de fumar en un narguile tradicional calentado con carbón.
Descubrieron que, aunque los niveles de nicotina aumentaron de forma similar con todos los productos para fumar, el monóxido de carbono exhalado aumentó entre 9 y 10 veces cuando se fumaba en narguile calentado con carbón en comparación con los narguiles electrónicos o los cigarrillos. Aunque fumar en narguile calentado con carbón aumentaba la dilatación mediada por el flujo, fumar en un narguile electrónico o fumar cigarrillos disminuía de forma similar y sustancial la dilatación mediada por el flujo (que indica un deterioro de la función endotelial)
La diferencia clave entre fumar en narguiles calentados con carbón y narguiles electrónicos, y fumar tabaco en cigarrillos es la producción de niveles altos de monóxido de carbono debido a las briquetas de carbón. Se sabe que el monóxido de carbono dilata los vasos sanguíneos y parece enmascarar los efectos de fumar tabaco en narguile calentado con carbón para deteriorar la función endotelial, de acuerdo con Rezk-Hanna.
Estos hallazgos sugieren que fumar tabaco en narguile, al igual que fumar tabaco en cigarrillos, deteriora la función de los vasos sanguíneos. Los autores concluyen que el uso de narguile, ya sea calentado con carbón o electrónico, puede deteriorar otros aspectos de las funciones endoteliales, que son críticos para la salud cardiovascular.
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