Mónica Zlotogorski*
La esperanza de vida en Estados Unidos aumentó por primera vez en dos años, de acuerdo a un informe publicado por los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC, por sus siglas en inglés). Las personas nacidas en el país en 2022 pueden esperar vivir 77,5 años, un aumento con respecto a los 76,4 de 2021.
La esperanza de vida había disminuido en 2020 y 2021 debido a los efectos de la pandemia y la sobredosis de drogas. Sin embargo, a pesar de este aumento, la tasa de esperanza de vida en el país, no se ha recuperado a los niveles previos a COVID-19. En 2019, la esperanza de vida era de 78,8 años). El informe de esperanza de vida de 2021 (que bajó de 77 años a 76,4 años) reflejó la esperanza de vida más baja del país desde 1996.
Estamos peor.
A pesar de ser la economía más poderosa del mundo y con el mayor gasto en salud per cápita, Estados Unidos ni siquiera figura, ni por lejos, entre los primeros países en el ranking mundial (está en el lugar número 60 en cuanto a expectativa de vida).
El país no va bien, ¿pero que ocurre con la minoría Hispana?
La expectativa de vida de la minoría hispana es una paradoja, literalmente hablando.
Los hispanos en los Estados Unidos tienden a mostrar resultados de expectativa de vida que “paradójicamente” son comparables o mejores en relación a la población blanca no hispana, a pesar de tener ingresos y educación promedio más bajos. Mayores tasas de discapacidad, una mayor incidencia de diversos factores de riesgo cardiovascular y enfermedades metabólicas, y bajas tasas de acceso a seguros médicos
¿Cuándo se comenzó a hablar de la Paradoja Hispana?
De acuerdo al informe Vital Signs de 2015 del CDC, los hispanos en los Estados Unidos tenían un 24% menos de riesgo de mortalidad, así como un menor riesgo de nueve de las quince principales causas de muerte en comparación con los blancos. En su momento, los investigadores atribuyeron este fenómeno a los valores culturales, contextos interpersonales y comunitarios de dicha población, fumar menos, así como a diferentes hábitos alimentarios, especialmente a la ingesta relativamente alta de legumbres como frijoles y lentejas. (Fuente: Wikipedia)
En 2013, un profesor asistente en la Universidad del Norte de Texas publicó un metaanálisis de 58 estudios que confirmaban que la paradoja existe y mostró que, en términos generales, los hispanos de Estados Unidos tenían un riesgo 17,5% menor de mortalidad por cualquier causa en comparación con otros grupos raciales y étnicos (Fuente: Hispanic Mortality Paradox: A Systematic Review and Meta-Analysis of the Longitudinal Literature, 2013).
Sin embargo, esta ventaja está en riesgo o se podría estar erosionado. Indudablemente, como ya mencionáramos, la pandemia tuvo sus efectos negativos, pero existen otros factores para dicha erosión.
Por otra parte, vivir más no implica necesariamente vivir mejor. Debemos apuntar no solo a longevidad, sino también calidad de vida.
Veamos algunos ejemplos:
Entre las mujeres hispanas, el 78,8% tiene sobrepeso o es obesa, en comparación con el 64% de las mujeres blancas no hispanas. En 2018, los hispanos tenían 1,2 veces más probabilidades de ser obesos que los blancos no hispanos. Peor aún, entre 2013 y 2016, los niños hispanos tenían 1,8 veces más probabilidades de ser obesos en comparación con los niños blancos no hispanos. En 2018, las mujeres hispanas tenían un 20 por ciento más de probabilidades de tener sobrepeso en comparación con las mujeres blancas no hispanas. En 2017, los estudiantes hispanos de secundaria tenían un 50 por ciento más de probabilidades de ser obesos en comparación con los jóvenes blancos no hispanos. (Fuente: CDC)
¿Por qué el sobrepeso importa? Porque es más probable que los individuos con sobrepeso padezcan de presión arterial alta, niveles elevados de grasas en la sangre, diabetes y colesterol LDL, todos factores de riesgo de enfermedades cardíacas y accidentes cerebrovasculares. Las principales enfermedades y causas de mortalidad de los hispanos son enfermedades tales como: corazón (cardíacas), cáncer, accidente cerebrovascular, diabetes, y Alzheimer.
En abril de 2022, un estudio publicado por el Journal of the American Heart Association indica que los adultos hispanos tenían una tasa de mortalidad por enfermedades cardiovasculares más baja en comparación con los adultos blancos, pero su tasa de mortalidad relacionada con accidentes cerebrovasculares había aumentado desde 2011, mientras que la tasa de los adultos blancos se mantuvo plana. La investigación también mostró un aumento mayor en las tasas de muerte por insuficiencia cardíaca entre los adultos hispanos menores de 65 años. Una revisión de la literatura publicada entre 2000 y 2018, descubrió que los hispanos tenían mejores tasas de supervivencia que los blancos no hispanos en cuanto a cáncer de pulmón.
La población hispana es muy heterogénea, sin lugar a dudas. Los resultados son variables, dependiendo de que subgrupo de Hispanos se analice o estudie. Los hispanos proceden de más de 20 países y su composición étnica y circunstancias es variada. Pero ciertas influencias, tales como, el valor a las interconexiones sociales y la todavía mayor resiliencia sociocultural podrían ser una pauta y motivo de aliento, ya que podría ayudar a alivianar el estrés y aumentar la capacidad de cuidado al enfermo debido a la mayor fortaleza de vínculos sociales y familiares.
El aumento en el consumo de la llamada “Dieta Americana” (“American Diet”) es algo que los Hispanos deberían tratar de prevenir o limitar. La comida no saludable puede enfermar. Uno es lo que uno come. La idea no es solo vivir más, sino vivir más y mejor.
En próximos artículos estaremos cubriendo información sobre los últimos avances en materia de nutrición y como pueden ayudar a mejorar la salud y prevenir enfermedades crónicas en los Hispanos.
*Mónica tiene dos décadas de experiencia profesional internacional. Ha ayudado a empresas de todos los tamaños a expandir su presencia en mercados tan diversos como América del Norte, América Latina, Asia y Medio Oriente. Actualmente es mentora y coach de startups. Fue directora ejecutiva de una empresa de tecnología, directora analista senior de Gartner, donde se desempeñó como asesora en el grupo de industrias y desarrolló la investigación de PYMES de Gartner desde cero, en este mismo cargo, fue analista principal, premiada como analista regional del año y oradora principal, además de analista Maverick y Far Horizons. Mónica también trabajó para varios proveedores de tecnología y el TM Forum. Se desempeñó como vicepresidenta del Consejo Asesor Latinoamericano de TM Forum, editora de Inside Latin America y autora de los informes Latin America Insight.
Además de investigadora en tecnología, Mónica también lo es en el área de la salud, coach certificada en Mente Creativa con más de una década de experiencia (Psicología Jungiana y Filosofía Oriental), Ciencias del Cerebro, y certificada por eCornell en áreas como Nutrición, Medicina Natural y Vida Saludable, además de otras certificaciones. Profesional multilingüe, los primeros pasos de Mónica comenzaron cuando todavía era estudiante universitaria, como asistente de investigación y docente, además de periodista independiente, escribiendo sobre economía y comercio. Mónica creció en Uruguay, un país con más vacas que personas, vivió en tres países diferentes y tuvo mucha suerte de poder viajar por el mundo. Mónica es Licenciada en Relaciones Internacionales y tiene un posgrado por la Universidad de la República (Uruguay), además de un Certificado en Marketing y Estrategia de Branding de la Universidad de Nueva York (NYU)