Catalina Cofone Polack
Licenciada en Letras, crítica literaria
catalinagcp@gmail.com

Fuego dorado

Camila Sosa Villada nació en 1982 en La Falda (Córdoba, Argentina). Estudió cuatro años de Comunicación Social y otros cuatro de la licenciatura de Teatro en la Universidad Nacional de Córdoba. En 2009 estrenó su primer espectáculo, Carnes tolendas, retrato escénico de un travesti. En 2011 da vida al personaje de Ale en la película Mía. En 2012 actuó en la miniserie La viuda de Rafael. En 2014 protagoniza El bello indiferente, de Jean Cocteau. En 2015, Despierta, corazón dormido/Frida. En 2016, Putx madre y en 2017 El cabaret de la Difunta Correa y la miniserie La chica que limpia. Además, es autora del libro de poesía La novia de Sandro (2015) y de un ensayo autobiográfico titulado El viaje inútil (2018). Fue prostituta, mucama por horas y vendedora ambulante. A veces canta en bares.

Camila Sosa Villada publica la novela Las Malas (editorial TusQuets) por primera vez en el año 2019. En este relato atravesado por temáticas dominantes de la literatura transgénero como la identidad, la discriminación y la enfermedad, la autora cuenta su historia y la de sus amigas, sus compañeras travestis del Parque Sarmiento en la ciudad de Córdoba. La narración muestra una representación de la diferencia y de la marginalidad, de las normativas y de una constante exclusión y censura por parte del poder regulador del estado y de la sociedad. La autora deja manifiesto el testimonio de una vida que aceleraba desbocada hacia la orfandad del sexo y la soledad del cuerpo. La novela es de un tiempo recobrado que se retuerce en la memoria y que nos regala un homenaje al mundo invisibilizado del colectivo trans. Las malas, de Camila Sosa Villada, se nos presenta como una redención en búsqueda de justicia e inclusión. La sublevación ante el poder normativo y excluyente se acciona desde todas partes y en todos los sentidos, la fiesta y la furia conviven constantemente. Al mismo tiempo, se ponen en evidencia las fallas y la corrupción promovidas por una idea de masculinidad amenazante y violenta. La ética de la otredad y la idea de una felicidad colectiva no opresiva reivindican el deseo y los lazos que unen a este grupo de mujeres. La necesidad se manifiesta de manera constante y la única forma de atravesarla es con ferocidad y coraje, con candor y astucia. Los personajes acompañan a la protagonista en un viaje de autoconocimiento, invadido por la desolación y las caricias, el temor y el hechizo, la cruda niñez y la rabiosa adultez. La sujeción a la misma pertenencia cobra sentido cuando amanece y aparecen los árboles desteñidos y la noche se escurre en cielos rojos y lágrimas azules que solo dejan el dulce dolor de la muerte. La identidad travesti se atreve con rabia a una valentía variopinta y sigilosa que apuesta a un estallido justo antes de desplomarse sobre un suelo árido y extranjero. La lucha por adaptarse al mundo se entreteje con una fuerza fraterna e incesante. La ingenuidad se desarticula hasta hacerse cuerpo fulgente. La autora nos seduce con pinceladas de realismo mágico a través de un relato que se hace sangre y ofrenda, que se configura como una venganza que solo puede ser contada a través de la celebración de la disidencia. Sosa Villada remueve la historia, la busca, la observa de lejos y se sumerge hasta hacerla polvo de colores, y ahí es donde el lector es capaz de serenarse, comprender y descubrir una literatura que devela la paradójica existencia.