La American Heart Association afirma que mantenerse activo, comer sano y dormir lo suficiente puede ayudar a los niños a mantenerse saludables ahora y durante toda la vida.
El verano llega a su fin y los niños regresan a las aulas, es importante reconocer que la forma en que los jóvenes pasan su tiempo libre puede afectar la salud de su corazón, según la American Heart Association, la organización sin fines de lucro líder en el mundo dedicada a la salud del corazón y el cerebro de todos.
Demasiado tiempo frente a las pantallas y hábitos alimenticios poco saludables podrían traducirse en lecciones difíciles para la salud del corazón en el futuro.
En un 2022 estudio en la revista médica Circulation, los investigadores revelaron que la mayoría de los niños y adolescentes en los EE. UU. obtuvieron una mala puntuación en la salud cardiovascular general. Menos del 30 % de los niños de entre 2 y 19 años cumplieron con altos estándares de corazón saludable de acuerdo con las métricas de Life’s Essential 8 de la American Heart Association, que definen los niveles de salud del corazón en función de la dieta, la actividad física, el tabaquismo, el índice de masa corporal, el colesterol total, la presión arterial, la glucemia y la calidad del sueño. El estudio reveló que la salud cardiovascular disminuyó considerablemente a medida que los niños crecían, con niveles elevados de salud cardiovascular reportados en un:
- 56 % de los niños de 2 a 5 años;
- 33 % de los niños de 6 a 11 años; y
- 14 % de los jóvenes de 12 a 19 años.
En general, los niños experimentaban un índice de masa corporal más alto, un aumento de la presión arterial y comían alimentos menos nutritivos, todos factores de riesgo para una salud cardíaca deficiente. La obesidad, un importante factor de riesgo de las enfermedades cardíacas y el ataque cerebral, sigue siendo una importante amenaza para la salud pública en niños de todas las edades. De acuerdo con la Actualización Estadística de Enfermedades Cardíacas y Ataque Cerebral 2023 de la American Heart Association la obesidad ha aumentado casi cuatro veces, pasando de aproximadamente un 5 % en la década de 1970 al 14.5 % en 2020. Al mismo tiempo, los niños en edad escolar se encuentran rodeados de entretenimientos, desde videojuegos en sus teléfonos inteligentes hasta programas en la televisión. De acuerdo con los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de los EE. UU., pasan entre seis y nueve horas frente a las pantallas por día, lo que reduce el tiempo de actividad física.
“Nuestros hábitos en la edad adulta comienzan en la niñez, y sabemos que un estilo de vida sedentario frente a las pantallas en lugar de estar al aire libre y divertirse con amigos y estar físicamente activo pone a los niños en una variedad de riesgos para la salud”, afirmó Federico Asch, M.D., voluntario del Comité de Avisos Científicos y Coordinación de la American Heart Association, cardiólogo de MedStar Health y profesor de medicina en Georgetown University in Washington, D.C. “Una vez que comienza el año escolar, los niños tienden a tener menos tiempo libre y pueden optar por hábitos menos activos, como mirar televisión y jugar videojuegos. Esto es especialmente cierto a medida que los niños crecen y ya no tienen clases de gimnasia programadas ni recesos, y no participan en deportes organizados o escolares”
Las pautas federales recomiendan que los niños y adolescentes de 6 a 17 años realicen al menos una hora de actividad física de moderada a vigorosa por día, incluidas actividades más intensas al menos tres veces a la semana.
Una alimentación saludable también es importante para los niños en crecimiento. Una vez que empieza el agitado año escolar, muchos pueden saltarse el desayuno por la mañana, y si la familia no tiene un horario de comidas programado, es posible que opten por bocadillos poco saludables después de la escuela, y consuman comida chatarra mientras pasan tiempo frente a la pantalla por las noches.
Incluso el sueño puede afectar significativamente la salud de un niño. Dormir bien promueve la sanación, mejora la función cerebral y reduce el riesgo de enfermedades crónicas. Los niños necesitan dormir más que los adultos, las recomendaciones son las siguientes:
- De 10 a 16 horas para niños menores de 5 años, incluidas las siestas.
- De 9 a 12 horas para niños de 6 a 12 años.
- De 8 a 10 horas para niños de 13 a 18 años.
La American Heart Association sugiere algunos consejos para ayudar a mantener a los niños con un corazón saludable:
- Programe tiempo familiar para realizar actividad física. Si el clima lo permite, salga al aire libre a dar un paseo, haga una caminata o simplemente juegue en el patio. Las actividades en espacios cerrados en realidad pueden incorporar tiempo de pantalla activo, como jugar un videojuego deportivo interactivo o de baile.
- Planifique un menú semanal y prepare sus comidas. Anime a los niños a ayudar con la planificación de comidas e incluso con las compras de comestibles. Asegúrese de tener a mano alimentos que comerán y que también sean saludables para ellos. Tomarse el tiempo para prepararse para la próxima semana, incluso cortar frutas y verduras para tener refrigerios saludables, puede ayudar a mejorar las dietas en general.
- Simplifique el horario de su familia. En la sociedad actual, se espera que hagamos de todo. Pero este tipo de estilo de vida ininterrumpido no es sostenible ni saludable. Intente priorizar sus actividades y vea de qué puede prescindir para tener más tiempo para las cosas que importan. También puede trabajar en formas de manejar el estrés.
- Establezca una hora regular para acostarse y para despertarse. Desarrolle rutinas a la hora de acostarse para relajarse después de un día ajetreado. Si bien puede ser poco realista esperar que los niños mayores se acuesten temprano, pídales que apaguen sus teléfonos y otros dispositivos antes de acostarse. Anímelos a desarrollar sus propios rituales para una buena noche de sueño, y tratar de recuperarse durante los fines de semana no cuenta.
- Predique con el ejemplo. Sea un modelo a seguir para los comportamientos saludables. Esto no significa que tenga que cambiar todo a la vez, fije metas y dé pequeños pasos. Educar a sus hijos sobre la salud del corazón ahora les ayudará a vivir una vida más larga y saludable en el futuro.
“Puede ser un desafío para los padres ocupados encontrar formas de mantener a sus hijos activos y ayudarles a desarrollar hábitos saludables. Sabemos que la salud cardíaca comienza en la niñez, por lo que es importante hacer el esfuerzo”, afirmó Asch. “Apague el televisor y limite el tiempo de los videojuegos y salga a la calle a jugar con una pelota o a dar un paseo. Programe una cena familiar regular con la mayor frecuencia posible y anime a sus hijos a ayudar en la planificación de las comidas. Los pasos simples pueden marcar una gran diferencia y los prepararán para una vida de buena salud”
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