Uruguay instrumenta un sistema de trauma y emergencias médicas para optimizar tiempos de traslados aéreos

Entre 2017 y 2018 se realizaron más de 45 traslados aéreos de pacientes en estado crítico, a lo que se suman traslados terrestres y coordinaciones de atención en centros de salud. De esta forma, comenzó a funcionar el Sistema de Trauma y Emergencias Médicas de alcance nacional. Gerardo Barrios, quien preside el comité asesor, aseguró que el país necesitaba un modelo así y que su accionar salva vidas y minimiza secuelas.

Gerardo Barrios, coordinador del Comité Asesor Técnico del Sistema de Trauma y Emergencias Médicas (Sitrem), explicó los alcances de este modelo de reciente implementación. Consideró que la meta es contar con un sistema nacional organizado que garantice la accesibilidad a los sistemas de emergencia ante situaciones críticas.

Aseguró que, tanto el presidente de la República como el ministro de Salud Pública, están convencidos de esta necesidad, al punto de que impulsaron la Ley de Urgencias y Emergencias ya aprobada y en fase de reglamentación, así como la normativa complementaria que está en discusión en el Parlamento, respecto a centros de referencia. Barrios indicó que en Uruguay hay muchas fortalezas en cuanto a recursos sanitarios, pero que funcionan como “eslabones aislados” que deben unirse para mejorar ante situaciones como las ocasionadas por siniestros de tránsito y otras emergencias.

En este contexto, se incorporó hace más de un año el servicio aeromédico: asistencias y traslados aéreos a través de un helicóptero sanitario y un avión multipropósito que disponen de un kit sanitario específico, además de otros recursos a los cuales se recurre en función de la necesidad. En este tiempo ya se realizaron más de 45 traslados de pacientes en estado crítico que se beneficiaron de un rápido traslado hacia los centros de referencia en Montevideo u otros departamentos, incluidos procedimientos fuera de fronteras. Para mejorar la calidad, se capacita personal como “paramédicos” que colaboren con los equipos de emergencia.

La asistencia aeromédica funciona a través de un protocolo que se activa en el centro de salud cuando los profesionales entienden que es necesario el traslado para salvarle la vida al paciente. Barrios explicó que esta metodología reduce las complicaciones y la mortalidad. “Nuestra meta es que en 2020 no quede ningún ciudadano en el territorio nacional en una situación de emergencia sin una adecuada asistencia”, indicó.

“Un paciente críticamente enfermo, sea por un golpe en la cabeza o por un sangrado activo por la rotura de una arteria o una lesión importante a nivel abdominal que debe resolverse en otro centro, se beneficiará de un traslado de este tipo. Si es terrestre o aéreo dependerá del protocolo, de las distancias, de los tiempos y de cuestiones climáticas. Hicimos traslados a pacientes a centros de referencia en 50 minutos por aire, que de forma terrestre demorarían tres horas”, ejemplificó.

En lo que respecta a la coordinación con los centros de referencia hospitalarios, dijo que no todos los centros públicos o privados disponen de los recursos necesarios para asistir en todas las emergencias. En ese caso, sostuvo, el criterio indica que ante situaciones de gravedad extrema el paciente vaya en el tiempo adecuado, en la unidad adecuada y al centro más adecuado para resolver sus lesiones. “Este sistema permite articular los recursos, sin depender de si la persona es socia de uno u otro lado”, indicó.

Para avanzar en el desarrollo de este sistema se creó un comité asesor que Barrios lidera y que cuenta con la participación de las universidades, sociedades científicas y del Servicio de Atención Médica de Emergencia (SAME) 105, de la Administración de Servicios de Salud del Estado, entre otros. Asimismo, en todo el proceso participaron otras instituciones públicas, como Bomberos, Policía Nacional, de Tránsito y Caminera, Fuerza Aérea, además del Sistema Nacional de Emergencias (Sinae)

Sobre los costos que le implica al Estado este sistema, Barrios sostuvo que la transferencia de recursos permitirá que muchos uruguayos puedan vivir y lo hagan en condiciones adecuadas, sin secuelas graves.