Pedro Caccamo
Presidente
Sociedad Argentina en Miami

Hace setenta y siete años nacía en Madrid (21 de enero, 1941) uno de los cantantes líricos más famosos de estos dos últimos siglos. Se trata del gran tenor español Plácido Domingo, hijo de un matrimonio de cantantes de zarzuelas y operetas que en 1950 se radicó en México alejándose de las dificultades y secuencias de la Segunda Guerra Mundial en Europa.

La adolescencia y juventud de Plácido se afinca en tierras mexicana y despierta su vocación por la ópera, cálida herencia de sus padres. Su debut en el teatro lírico se produce a principio de los ‘60 en Monterrey en el personaje de Alfredo Germont en La Traviata de G. Verdi.

Inmediatamente acepta un contrato de la Opera de Tel Aviv por cinco años donde se consolida como tenor y canta 85 papeles diferentes. Su registro vocal es de tenor lírico spinto/dramático. Debuta en el Met de New York suplantando a Franco Corelly en 1965 estrena en USA/NY, Don Rodrigo del argentino Alberto Ginastera y un concierto con Renata Tebaldi.

Este gran cantante lírico popular abraza su vocación por la música y el canto y transforma la ópera en leyenda. Así lo demuestran los 150 roles interpretados (Caruso, Callas, Fleming casi 70 personajes), Apertura de 21 temporadas en el Met neoyorquino, en 1990 durante el mundial de futbol en Italia el gran suceso de los tres tenores en Roma y casi medio mundo, en 1992 los Juegos Olímpicos en Barcelona, Director de Orquesta, Concursos Operalia.

Gestor Cultural: Bajo este título quiero acercar mis recuerdos personales sobre este distinguido artista que me brindó su amistad durante su estada en Miami. En 1972, aún vivía yo en Buenos Aires, se produjo el debut de Plácido Domingo en el Teatro Colón con la ópera La Forza del Destino de G. Verdi excelente función que incluía a la soprano Martina Arroyo, el barítono Gian Piero Mastromei y el director italiano Mtro. Fernando Previtali.

En 1976 me radico en los EE.UU. donde cumplo funciones periodísticas y de musicólogo. En 1977 Plácido canta La Fanciulla del West y en 1979 una hermosa Adriana Lecouvrer. Todas las funciones se realizaban en el Dade County Auditorium Miami. Al finalizar esta última ópera me acerqué a los camarines, saludé a Domingo y me identifiqué como argentino y el gran tenor me obsequió su voz con la primera estrofa del tango Mi Buenos Aires Querido, recordó su paso por el Teatro Colón y lo colmó de elogios en un momento de gran emoción.

n 1983 regresa Plácido a la temporada oficial de Miami Opera para cantar cinco funciones de la ópera Andrea Chenier de H. Giordano. En ese año yo ya era presidente de la Sociedad Argentina en Miami y aprovechando la presencia del artista y distinguirlo con la plaqueta de honor en mérito al disco con tangos argentinos que el tenor grabara en Buenos Aires. El acto se realizó al finalizar el ensayo general de la ópera ante una concurrencia de 400 invitados y el Cónsul Argentino.



Foto histórica: 1983 Miami Auditorium, ensayo ópera Andrea Chenier.
Plácido Domingo distinguido por su LP de tango argentino recibe placa de Sociedad Argentina en Miami

En 1985 tuve un fugaz encuentro con Plácido. Este había grabado un LP con canciones cubanas de Ernesto Lecuona. El disco se puso a la venta en la casa Speec y Plácido firmaba los ejemplares. Cuando observó mi presencia dejó su silla y vino a saludarme con un cálido abrazo. Todo un Señor.

Por último, el 29 de septiembre de 1989 viajé a New York para presenciar en el Met a Plácido cantando I Pagliacci para superar el récord que ostentaba Enrico Caruso por funciones cantadas.

Domingo logró superarlo y fue ovacionado. El programa se completó con Cavalleria Rusticana cantada por nuestro compatriota el tenor argentino José Cura.

En camarines saludé a los protagonistas quienes valoraron mi presencia.

De esta forma culmina mi relación con este gigante de la lírica que pese a la distancia y el tiempo transcurrido mantiene su vigencia.

¡Gracias Maestro!