Puntos destacados de la investigación:

  • Las personas con mejor salud cardíaca, con hábitos de sueño saludables y que cumplen con AHA Life Simple 7, tienen menos probabilidades de tener un diagnóstico de cardiopatía y menos probabilidades de desarrollar una cardiopatía en el futuro.
  • Tener un horario de sueño consistente se relacionó con la pérdida de peso en mujeres en un pequeño estudio observacional.

Dormir bien, lo suficiente y tener horarios de sueño regulares, además de cumplir con las directrices Life’s Simple 7 de la American Heart Association, puede ayudar a reducir el riesgo de ataques cardíacos, accidentes cerebrovasculares y otras enfermedades cardiovasculares. Mejores patrones de sueño también pueden ayudar a las personas a alcanzar y mantener un peso corporal más saludable, según una investigación preliminar presentada en dos estudios en las sesiones científicas sobre estilo de vida y salud cardiometabólica de 2020 de la American Heart Association. Las EPI Scientific Sessions (Sesiones científicas EPI), son un intercambio anual general y de primera categoría sobre los avances más recientes en la ciencia cardiovascular para investigadores y médicos prácticos.

Algunos estudios, que van cada vez más en aumento, muestran que los problemas del sueño están asociados con un mayor riesgo de desarrollar obesidad, hipertensión arterial, diabetes y cardiopatías.

El rol del sueño como una medida para la salud cardiovascular: ¿mejora la predicción del riesgo de enfermedades cardiovasculares? Resultados del estudio multiétnico de ateroesclerosis (Resumen 36)

Un nuevo estudio sugiere que el sueño debe incluirse como una octava métrica para la salud del corazón en Life’s Simple 7 (LS7) de la American Heart Association. Los profesionales de la salud utilizan la guía LS7 para evaluar la salud cardiovascular de un individuo basándose en siete parámetros: consumo de tabaco, peso corporal, dieta, actividad física, colesterol, presión arterial y niveles de glucosa.

El estudio comparó la puntuación de LS7 con nuevas puntuaciones de salud cardíaca que incluyen los hábitos de sueño además de las siete medidas ya establecidas. Los investigadores descubrieron que cuando la duración del sueño, la medida más simple y directa del sueño, se incluye como una octava medida para determinar la salud del corazón, la puntuación de la salud del corazón se asocia más claramente con las cardiopatías. Los investigadores encontraron que las personas con una duración de sueño más saludable (7-8 horas) durante un estudio del sueño, además de cumplir con las pautas LS7, tienen un 61% menos de probabilidades de que se les diagnostique una cardiopatía, en comparación con las personas que tienen las puntuaciones más bajas.

Las puntuaciones que consideran el dormir mal, dormir menos de siete horas o dormir nueve horas o más por noche, o tener una duración del sueño y horarios irregulares, así como trastornos del sueño como apnea del sueño e insomnio, muestran una mayor relación con el riesgo de padecer una cardiopatía.

Las personas con hábitos de sueño saludables y sin trastornos del sueño, y que cumplían con la guía LS7, mostraron hasta un 59% menos de probabilidades de sufrir un ataque cardíaco, un accidente cerebrovascular, una insuficiencia cardíaca u otro evento cardiovascular en el momento del estudio del sueño y hasta un 44% menos de riesgo de desarrollar una cardiopatía 4 ½ años después.

“Estos hallazgos subrayan la importancia de adoptar una visión holística de la salud del sueño que incluya tanto los hábitos de sueño como los trastornos del sueño al evaluar el riesgo cardiovascular. El enfoque para promover un estilo de vida saludable para la prevención de cardiopatías, que tradicionalmente se centraba en la dieta y el ejercicio, debería ampliarse para incluir hábitos como el sueño”, dijo el autor del estudio principal, Nour Makarem, Ph.D., investigador asociado en el Colegio Vagelos de Médicos y Cirujanos de la Universidad de Columbia, en la ciudad de Nueva York.

“La American Heart Association sigue de cerca la ciencia relacionada con el sueño y el estrés, y recibimos con agrado las nuevas investigaciones sobre los efectos de la calidad del sueño en la salud”, dijo el director médico de prevención de la American Heart Association y jefe del Center for Health Metrics and Evaluation, Eduardo Sánchez, M.D., M.P.H., FAAFP. “Este estudio se suma a la base de conocimientos y seguiremos vigilando de cerca la evolución del cuerpo de datos sobre el sueño y las enfermedades cardiovasculares. Puede que pronto sea el momento de añadir los hábitos de sueño a Life’s Simple 7. Podríamos llamarlo Life’s Essential 8”.

Los participantes del estudio fueron 1920 adultos, con una edad promedio de 69 años, del estudio multiétnico de ateroesclerosis (MESA, por sus siglas en inglés), un estudio longitudinal sobre factores de riesgo cardiometabólicos. Los participantes de seis centros participaron en un examen de sueño de 7 días y fueron seguidos por un promedio de 4 ½ años.

Los coautores del estudio son Cecilia Castro-Diehl, Ph.D.; Marie-Pierre St-Onge, Ph.D.; Susan Redline, M.D.; M.P.H.; Steven Shea, M.D., M.S.; Donald M. Lloyd-Jones, M.D., Sc.M.; Hongyan Ning, M.D., M.S.; y Brooke Aggarwal, Ed.D., M.S. Los datos públicos del autor se encuentran en el resumen. Este estudio fue financiado por el National Heart, Lung, and Blood Institute de National Institutes of Health.

Impacto del cambio en la variabilidad de la hora de dormir en la composición corporal: Hallazgos secundarios de la Red de Investigación Estratégica “Go Red for Women” (Resumen MP19)

Las mujeres que se acostaban a la misma hora todos los días perdieron alrededor de una libra de grasa corporal en un período de seis semanas, en comparación con las mujeres que tenían una mayor variación en sus horarios, aunque ambos grupos de mujeres dormían la misma cantidad de tiempo, según una nueva investigación.

El estudio incluyó a 37 mujeres, de 22 a 46 años, cuyo peso corporal al comienzo del estudio era normal o con sobrepeso, pero no obesas. Dos semanas antes de que comenzara la rama de intervención del estudio, las mujeres llevaban dispositivos en su muñeca para medir el horario y la duración del sueño, que oscilaba entre 7 y 9 horas.

En períodos separados de 6 semanas, la duración del sueño y los horarios se compararon con las dos semanas anteriores. Mientras que el número de horas que cada mujer dormía no cambió, 29 mujeres mejoraron su regularidad de sueño, adoptando un horario más consistente. Esta disminución en la variabilidad del horario se asoció a la pérdida de peso.

“Esta mejora en la composición corporal ocurrió sin ninguna recomendación de pérdida de peso ni consejos para cambiar su dieta, hábitos de comer o hacer ejercicio; todo lo que hicieron fue dormir en horarios más consistentes”, dijo la autora principal del estudio Marie-Pierre St-Onge, Ph.D., M. sc, FAHA, profesora asociada de medicina nutricional y directora del Sleep Center of Excellence en el Irving Medical Center de la Universidad de Columbia en la ciudad de Nueva York, y presidente del grupo de redacción de la declaración científica de la American Heart Association, Sleep Duration and Quality: Impact on Lifestyle Behaviors and Cardiometabolic Health.

“Si sus horarios para dormir son más estables, eso significa que sus ritmos circadianos son más estables. Hay menos posibilidades de desalineación circadiana, que se ha demostrado que está asociada con un mayor riesgo de obesidad y factores de riesgo cardiometabólicos”, dijo St-Onge. “El mensaje clave es que la gente debe tratar de irse a dormir a la misma hora cada noche y despertarse a la misma hora cada mañana”. El ritmo circadiano se refiere al ciclo de 24 horas de cuando estamos despiertos, dormidos, hambrientos, cansados o con mucha energía y está vinculado a la luz del día y a la oscuridad de la noche.

Este estudio del sueño forma parte de un estudio en curso sobre el papel de la restricción del sueño en los factores de riesgo cardiometabólicos, como el peso corporal, la resistencia a la insulina, el metabolismo de la glucosa y otros. El estudio es limitado debido al pequeño número de participantes y se necesita investigar más para determinar si estos hallazgos se aplican a otras personas.

Los coautores son Ayanna Campbell, M.S.; Faris Michael Zuraikat, Ph.D.; y Bin Cheng, Ph.D. Los datos públicos del autor se encuentran en el resumen. Este estudio fue financiado por la Red de Investigación estratégica Go Red for Women de la American Heart Association.

Las afirmaciones y conclusiones de los autores del estudio que se presentan en las reuniones científicas de la American Heart Association son exclusivas de dichos autores y no constituyen necesariamente la política ni la posición de la Asociación. La Asociación no ofrece garantía de ningún tipo de su exactitud o fiabilidad. La Asociación recibe financiación de personas particulares principalmente; además, distintas fundaciones y empresas (incluidas empresas farmacéuticas y fabricantes de dispositivos, entre otras) realizan donaciones y financian eventos o programas específicos de la Asociación. La Asociación tiene políticas estrictas para evitar que estas relaciones influyan en el contenido científico. Ingresos procedentes de empresas farmacéuticas y fabricantes de dispositivos: https://www.heart.org/en/about-us/aha-financial-information.

Sesiones científicas sobre ESTILO DE VIDA del 2020) de la American Heart Association es la reunión más importante del mundo dedicada a los últimos avances en ciencia y se celebró en Phoenix, Arizona. La conferencia contó con casi 600 presentaciones científicas para promover el desarrollo y la aplicación de la ciencia traslacional y de la población para prevenir cardiopatías y accidentes cerebrovasculares y fomentar la salud cardiovascular. El tema de la conferencia de este año fue Promover la salud cardiovascular a lo largo de la vida: ¿cómo podemos vivir de forma más saludable y por más tiempo?, y se presentó en colaboración con el Consejo de Estilo de Vida y Salud Cardiometabólica y el Consejo de Epidemiología y Prevención.