Por Juan Carlos Dumas, Ph.D.*

Mens Sana in Corpore Sano. Así decían los antiguos romanos refiriéndose a la importancia de mantener el equilibrio entre la salud mental y física y a la íntima conexión que el cuerpo y la mente humanas tienen desde el origen mismo de la vida. La sabiduría de vivir a la que apunta este clásico refrán pasa por mantener el balance y prestarles la debida atención a ambos, cuerpo y mente, (sería más apropiado decir “cuerpo y estado anímico” o “cuerpo y emociones” ya que la mente se sustenta en una parte fundamental del cuerpo que es el cerebro) sin dejar que la excesiva atención a uno de ellos signifique el deterioro del otro. Si usted, por ejemplo, se siente deprimido o angustiado, hay varias razones por las que la actividad física lo ayudará a mejorar su estado de ánimo y, de rebote, su salud.

Todavía no se saben a ciencia cierta los motivos de este efecto y es cierto que la depresión y el malestar emocional tienen muchas variables. Sin embargo, usted habrá escuchado hablar del “entusiasmo” de los corredores y de la secreción de endorfinas, que son químicos en nuestro cerebro que producen sensaciones de euforia, disminuyen la tensión y aumentan la tolerancia al dolor. Otros químicos cerebrales importantes son responsables de algunos de los efectos positivos que experimentamos cuando hacemos ejercicios físicos o deportes. Estos neurotransmisores incluyen la serotonina, la dopamina y la norepinefrina. Si estos químicos cerebrales le resultan conocidos es porque ellos están presentes en las medicaciones modernas para combatir la depresión y la ansiedad o lo que hoy conocemos como “el espectro ansioso-depresivo.”

La actividad física tiene un alto impacto en nuestra sensación de bienestar. Diríamos que es un “antidepresivo natural” que no necesita de prescripción médica y no tiene efectos secundarios. También la oxigenación del aire libre, la exposición al sol y el movimiento de las masas musculares lo son. Así como algunas personas se sienten más relajadas y confortables cuando toman un baño caliente, cuando hacemos ejercicios la temperatura del cuerpo aumenta y la exudación nos ayuda a sentirnos menos deprimidos y angustiados. También hay explicaciones psicológicas al beneficio del ejercicio en reducir la depresión y el malestar. Por ejemplo, el ejercicio en cualquiera de sus formas nos distrae de las preocupaciones cotidianas y nos permite pensar en algo distinto siquiera por un momento del día. Asimismo, si usted hace deportes o ejercicios a pesar de sentir un estado de abatimiento, tendrá un sentimiento positivo de haber logrado algo. Una característica de la depresión es la baja autoestima, pero cuando uno toma decisiones y realiza una acción –como cuando de verdad se pone a hacer ejercicios, a bailar, o a practicar deportes– se siente un mayor control sobre la vida y la autoestima asciende como lo hace todo el sistema inmunológico. Y si hace ejercicios, bailes, zumba, Tai-chi, yoga, o cualquier deporte en compañía de otras personas, el estar acompañado por ellas puede ser otro factor antidepresivo natural.

Muchas personas tienen una plétora de excusas para no hacer los ejercicios o deportes que se habían propuesto inicialmente en un valiente momento de decisión, a menudo a comienzo del año o hacia su fin: “Estoy muy ocupado” o “el ejercicio me lleva demasiado tiempo” o “estoy demasiado cansada” o “estoy demasiado estresada por ahora”. Para superar estas resistencias, le aconsejo que escriba todas estas excusas y justificaciones en un papel y trate de responderlas buscando una solución a ellas, y sin “peros”. La motivación es la clave principal para empezar a ejercitarse, pero también el miedo es un gran motivador: “si sigo sin hacer nada, sin buscar cambios, me pondré peor

Busque una actividad física que le interese, que lo haga sentir bien, que sea fácil al principio, pregúntese qué ejercicios o deportes solían interesarle o cuáles practicaba y si desea hacer ejercicios solo o en compañía. Recuerde que al principio sus músculos necesitan tiempo y práctica para volver a estar en forma y que los dolores iniciales se superan rápidamente con la práctica. Quizás el mejor motivador sea su estado de ánimo. Antes de comenzar elija un número del 1 (me siento mal) al 10 (me siento excelente) y note cómo ese número inicial sube luego que ha realizado cualquier actividad física. Y recuerde este otro gran consejo de nuestros ancestros: “No dejes para mañana lo que puedas hacer hoy

*Juan Carlos Dumas es psicoterapeuta, escritor y educador público. Consultor en Salud Mental para la Secretaría de Salud y Servicios Humanos, preside el Comité de Asesoramiento en Salud de Manhattan Norte y el Centro Hispano de Salud Mental en Queens.