“FOXTROT” -LA DANZA DEL DESTINO

Michelangelo Tarditti
michelangelotarditti@gmail.com

El director Samuel Maoz, israelita, con una producción cinematográfica realizada entre Israel, Alemania, y Francia, produce este film premiado en el último festival de Venecia, Italia. Ya había ganado en el 2009 el León de Oro en el mismo festival, por su “Lebanon”

De interesante profundidad filosófica y de una gran belleza cinematográfica, que se contrapone como estética y contenido, a ese cine consumista y facilista que llega en cantidades aberrantes a las salas ávidas de ganancias en boletería, y que banalizan las posibilidades didácticas del arte del cine.

“Foxtrot”, es un film con momentos de surrealismo, que propone esa pregunta sin respuesta, que nos hacemos cuando pensamos en nuestro destino. Abre la discusión sobre determinismo cósmico o indeterminismo del ser humano, posibilitado o no, a elaborar su propio proyecto de vida.                                   Si todo ya está determinado, se desresponsabilizaría la vida del ser humano, cosa que sería muy cómodo para justificar nuestra inacción. Para no hacernos cargo de nuestros pasos. Para no gobernarnos con nuestro propio raciocinio.

Samuel Maoz a los 20 años entraba, en 1982, como soldado con un carro armado israelita en la invasión al Líbano, por lo cual sabe de guerra, y vuelca en el film un grito crítico al absurdo de la guerra.  La guerra no hiere solo con las bombas, destruye también con la inacción; la inacción de la espera es altamente nociva, la guerra no se nota solo en el estruendo de las bombas, sino también en el silencio destructivo, interno, intrínseco del ser humano que participa de ella. Sin mencionar el efecto aniquilador de las sociedades que sufren la guerra como víctimas.

O sea que “Foxtrot”, (que en la realidad es una danza amable), habla, como film, de la guerra inhumana. Y no solo. Filosofa además sobre el destino. Se pregunta si el destino puede ser modificado, o si es inapelable.  Usa entonces la metáfora del foxtrot, que tiene como coreografía, pasos ya determinados y fijos y que no pueden ser cambiados. La vida también es una danza con pasos fijos, y no modificables, es el determinismo implacable. Son las dos líneas ideológicas del film: el horror de la guerra y la inapelabilidad del destino.

Personalmente coincido con lo primero y disiento con lo segundo, porque hago votos por una vida donde el hombre, al menos en parte, sea artífice de su programa existencial, que lo pueda construir con su libre albedrio con la capacidad del intelecto.

Pero el film es muy interesante porque provoca la reflexión del alto pensamiento, porque su elaboración no tiene concesiones banales, porque el lenguaje visual y estético es excelente, sub real por momentos, porque es personal en su narración (con ese camello que pasa delante de los soldados, casi insolentemente, con una oculta simbología de muerte inquietante)

Bravos a los actores: LiorAshkenazi, Sara Adler, Yonatan Shiray, Gefen Barkai, Dekel Adin